¡Se va la segunda!
El Flores Negras Pinot Noir. Bueh… ¡qué vino! No te dejes confundir por su tonito claro: los Pinot Noir [pinó nuar] son livianos porque tienen cáscara fina, pero no por eso es blando. Depende de la temperatura y por eso está acá: si lo tomás frío, es fresco y frutado; si lo tomás a temperatura ambiente revela su carácter. Marea con un aroma
El Malbec es una cepa intermedia que viene bárbaro para la cata: muy aromática, estructura media y rico; sí, rico. Este en particular, el Santa julia Orgánica Malbec, tiene un paso por boca fantástico, es donde se expresa mejor: mucha fruta y demás magias. Al ser orgánico y de baja intervención, podemos ver cristales en el corcho: “diamantes”, como se le dice. No te los pierdas, son hermoso de ver.
¿Qué podemos decir del Mar de Piedras Selección de maderas? Es la versión enológica de no juzgar un libro por su portada: debe ser la etiqueta más fea que vimos en tiempo pero, ¡qué vino! Y así son los vinos de las sierras Uruguayas, suelo poco conocido para la vid, pero muy generoso para hacer vinazos. Este en particular es mitad tannat y mitad cabernet sauvignon y un año de barrica. ¿Te animás a encontrarle la mineralidad de la piedra? Aparte puede aparecer cuero, especias…
De abajo de la manga sale una cepa poco conocida y ¡oh, Margot! Un Petit Verdot del Club, Invernal por definición, es una cepa potente, firme y gruesa pero delicada. Seleccionado especialmente por The Wine Society de Inglaterra (vinieron, probaron, llevaron), este suculento vino estuvo un añito en barricas de roble para redondearse y regalar potentes aromas a frutas negras (bah, moras, arándanos, ciruelas pasas). Cabed estacar que el pasaje de barricas no buscó notas de madera, sino potenciar su estructura.