Nuestra primera selección… es una sensación hermosa, comparable solo con la del primer cachorro.
En este caso, nos enfocamos en cepas reconocidas por ser abanderadas de su país. Nos pareció divertido empezar así. Son un Tannat (no podía faltar), un Malbec (un turista, un amigo), un Carmenere (un vino güevón) y un Touriga Nacional, de Portugal. Es el último porque encontramos esa cepa perdida y nos ENCANTA.
El Tannat es un excedente de exportación que Establecimiento Juanicó hizo al Reino Unido (bautizado Teru-Teru), un tannat puro carácter y bien representativo de la cepa: un poco parco de aroma, rica fruta en boca, color y sabor potente con un “dejo a uva” en su final. Ese fue el mejor comentario que escuchamos, no solo de este vino, sino del mundo vitivinícola en general. Sólo aplausos.
El Malbec es el Alambrado, de Familia Zuccardi y cumple con la mima premisa que el tannat: es un vino que muestra al malbec como es. Un vino más que amable (esa es la forma sommelierística de decir “suavecito”) y aromas y sabores frutales (descubran Uds. cuáles). Es blandito, pero riquísimo.
Con el Carmenere nos salamos un poco: esta típica cepa chilena está representada por el Legado de De Martino, según ellos, un vino “muy representativo del Valle del Maipo”. Habrá que ver, pero si es un vino delicioso y bien típico Carmenere.
Y dejamos para el final nuestro primer fetiche: el Touriga. Envasado especialmente para nuestro club, es una cepa muy rara en Uruguay y tiene linda historia (bah, si te gustan las historias que terminan mal). Pensándolo bien, no es “linda” per-se, es interesante. Si, definitivamente “interesante” la describe mejor. El tema es así: el Touriga es muy parecida al Tannat: tintorera (transmite mucho color al vino, la “entinta”), aromita frutado y buena estructura. Por eso, se pensó que se iba a adaptar muy bien a nuetro suelo. No pasó: se plantaron, se esperó y da fruta para hacer buenos vinos una vez cada 4-5 años. ¿Qué pasó? Las arrancaron todas e hicieron un gran asado con la poda. Queda muy poca vid plantada en Uruguay. Este vino fue domado con tiempo y madera: se notan sus casi año y medio en barrica. VI-NA-ZO
