Probamos este vino una fresca noche de primavera… nos lo había dado Bruno (Bresesti) cuando probamos el Dragón Arinarnoa-Tannat que sacamos en octubre. Lo primero que pensamos fue “¡qué bueno que está este vino para el calorcito!”. Llegó el calorcito y llegó el Arinarnoa Verano.
Está para tomarse mil cuando hace calor: es un tinto muy liviano, casi como un rosado subido de tono… pero lo que más destaca es su generosidad para regalar aromas y sabores frutados. ¡Ah! Delicia.
Este marcha para la heladera: se toma frío a fresco y en vaso. Si, perdón sommeliers especializados, nosotros los tommeliers le entramos en vaso.